El prominente activista exiliado cubano, Ramón Saúl Sánchez, líder del Movimiento Democracia, ha obtenido un respiro legal en su lucha por quedarse en Estados Unidos, país en el que ha vivido refugiado desde 1967. Un juez de inmigración en Florida ha suspendido la orden de deportación a Cuba en su contra.
La defensa de Sánchez ha alegado que, en caso de ser deportado, el activista podría ser sometido a torturas, una circunstancia que le permite acogerse a las protecciones establecidas en la Convención de Ginebra contra la Tortura. Este argumento ha sido crucial para que el juez de inmigración tomara la decisión de paralizar la orden de deportación.
Sánchez, de 65 años, ha sostenido que su situación migratoria complicada es consecuencia de las presiones del régimen cubano. Había admitido anteriormente que existía una orden de deportación en su contra, pero que esta no podría ser ejecutada hasta recibir el visto bueno de un juez.
El líder del Movimiento Democracia llegó a Estados Unidos como refugiado político en 1967 en lo que se conocen como los Vuelos de la Libertad. A lo largo de su estancia, ha solicitado en dos ocasiones la residencia en Estados Unidos, siendo ambas peticiones denegadas.
En una muestra de solidaridad y apoyo, más de 20.000 personas han firmado una petición en la plataforma Change.org titulada «Por favor, ayúdenos a parar la deportación de Ramón Saúl Sánchez». Las firmas recopiladas se enviarán al gobierno de Joe Biden, en un intento de persuadirlo para que intervenga en este caso complejo y delicado.