Juan Climaco Formell Cortina, un nombre que resuena poderosamente en el corazón de Cuba y en el mundo de la música. Nacido en La Habana el 2 de agosto de 1942, este hombre extraordinario desempeñó múltiples roles en el ámbito musical: director, bajista, arreglista, compositor, cantante y productor discográfico. Su legado inmortal ha dejado una huella imborrable en la cultura musical popular cubana de los siglos XX y XXI.
Desde sus primeros años, Formell recibió una formación musical invaluable de su talentoso padre, Francisco Formell, quien era flautista, pianista y arreglista. Además, tuvo la guía de destacados músicos cubanos como Félix Guerrero, Rafael Somavilla, Armando Romeu, Antonio Taño y Orestes Urfé. De forma autodidacta, Formell se forjó como compositor e instrumentista de la guitarra baja.
A lo largo de su carrera, colaboró con diversas agrupaciones musicales, incluyendo la de Pedro Jústiz (Peruchín), Guillermo Rubalcaba y la orquesta de Carlos Faxas. Pero fue su participación en la Orquesta Revé en 1967 lo que marcaría un punto de inflexión en su arte. Formell revolucionó las orquestas charangueras cubanas al incorporar el bajo eléctrico y la organeta (teclado) en lugar del contrabajo y el piano acústico.
En 1969, creó la icónica orquesta Los Van Van, y con ella, dio vida al «Songo», un nuevo ritmo desarrollado junto a José Luís Quintana (Changuito). Los Van Van alcanzaron una popularidad sin igual gracias a éxitos como «Te traigo», «Chirrín chirrán», «Llegué, llegué» y «El baile del buey cansao».
A lo largo de su carrera, Formell recibió numerosos premios y reconocimientos, incluido un Premio Grammy en 1999 por su álbum «Llegó… Van Van». También fue galardonado con el Premio Nacional de Música en 2003 y el «Premio Mundial Especial de la Música» de la World Entertainment Organization (WEO) en 2008, entre otros.
El 1 de mayo de 2014, Cuba lamentó la partida de este maestro musical en La Habana. Sin embargo, su legado perdura. Su influencia fue tal que las autoridades culturales organizaron la «Cantata por Formell», un tributo musical con conciertos en plazas y parques de toda Cuba.
Juan Formell fue, sin duda, un auténtico embajador de la música cubana, un innovador y un maestro que ha dejado una huella imborrable en generaciones de artistas. Su música sigue emocionando y tocando los corazones de amantes de la música en todo el mundo. Su legado continúa inspirando con cada nota y es motivo de orgullo para todos los cubanos.