Trayectoria y aporte al patrimonio audiovisual cubano

Fernando Guardado, un ícono de la locución y presentación en la televisión cubana, es recordado principalmente por su papel en el programa Palmas y Cañas. Durante 39 años, su presencia fue constante y familiar para los telespectadores, convirtiéndolo en un pilar de la cultura audiovisual de Cuba.

Nacido en Unión de Reyes, Matanzas, Guardado siempre se sintió arraigado a su tierra natal, conocida por ser cuna de importantes personalidades como Eloísa Álvarez Guedes y Abelardo Estotino. No obstante, la vida le tenía preparado un camino que le llevaría a la capital, La Habana, y a transformarse en uno de los rostros más queridos de la televisión cubana.

Carreras académicas y cómo llegó a la locución

Guardado es un ejemplo de adaptabilidad y superación. A pesar de haber estudiado Historia y Geografía en el Instituto Superior Pedagógico Enrique José Varona y de trabajar en la ESPA, el giro a su carrera llegó de forma inesperada. Un día, mientras trabajaba en la radio de Artemisa, tuvo que asumir la locución de un programa porque el locutor oficial se encontraba indispuesto. Ese evento fortuito cambió el rumbo de su vida, y le descubrió una vocación y un talento natos para la locución.

Desarrollo en el mundo de la locución y la televisión

Su naturalidad y su carisma frente al micrófono le abrieron la puerta a nuevas oportunidades. Trabajó en emisoras importantes como la CMBF Radio Musical Nacional y Radio Progreso, donde pudo desarrollarse y perfeccionarse en esta nueva faceta. Aunque se enfrentó a la inexperiencia y al nerviosismo, Guardado superó con éxito todos los obstáculos, demostrando su calidad y profesionalismo en cada emisión.

Palmas y Cañas: La consolidación de un legado

Fue en el programa Palmas y Cañas donde Fernando Guardado dejó huella. Durante casi 40 años, se convirtió en el rostro familiar que daba vida a la cultura campesina, compartiendo el set con talentos genuinos de la música y tradiciones campesinas. La importancia de su labor se vio reflejada en su triste despedida, pero aun así, decidió cerrar este capítulo para dar paso a nuevas experiencias.

Aportes y reconocimientos a lo largo de su carrera

En su trayectoria, Guardando no sólo fue reconocido por su trabajo en la televisión, sino que también obtuvo varias distinciones por su labor. Entre los galardones más notables se encuentran la medalla de internacionalista Majadahonda, otorgada por la Unión de Escritos y Artistas de Cuba, y la Medalla Antero Regalado, dada por la Asociación Nacional de Agricultantes Pequeños. La clave de sus reconocimientos reside en su auténtica dedicación y amor por su labor.

Aventuras pos-retiro: Un legado que continúa

Aunque ya retirado de la televisión, Guardado sigue contribuyendo al arte y la cultura cubana. Actualmente, trabaja como locutor en el Palacio de las Convenciones y en el restaurante Habana Blues. En este nuevo espacio, sigue compartiendo con los visitantes, la calidez, el carisma y la sabidura que siempre lo han caracterizado.

Conclusión

Fernando Guardado es una figura icónica de la televisión y la locución en Cuba. Su voz y presencia se han convertido en un emblema del panorama audiovisual cubano, dejando un legado imborrable en el corazón de los telespectadores. A través de su trayectoria, Guardado nos enseña que la pasión, el amor por la cultura, y la disposición a abrazar oportunidades inesperadas pueden llevarnos a crear impactos perdurables y memorables.

Recuerdo final de un pilar de la locución cubana

Recordamos a Fernando Guardado como un pilar del patrimonio audiovisual cubiano, un locutor carismático, un presentador cercano y un defensor de la cultura. En sus décadas de carrera, Guardado ha dejado huella en la radio, la televisión y la vida cultural cubana, convirtiéndose en una figura esencial de la historia de las comunicaciones en la isla.