Desde el soleado estado de Florida, Rosa Sánchez, una cubana residente, lanzó un enérgico mensaje en su perfil de Facebook para aquellos en Cuba que parecen minimizar las luchas de los emigrantes. “Esos 100 dólares que te piden”, escribió, “solo tú sabes cómo te los ganas; a través del agotamiento, el calor, el frío…”.
A veces, añadió, parece que las personas en casa la miran en las redes sociales y asumen que la vida en Estados Unidos es fácil, que “100 dólaritos no son nada». Pero, continuó, «la verdad es que para adquirir lo que anhelamos, se requiere de mucho esfuerzo y trabajo. Aquí, nada es gratis.»
Contrario a la imagen glamorosa que algunos podrían tener de la vida en el extranjero, Sánchez retrata un panorama más realista. Explicó que en su nueva vida, la comida se consume donde sea posible, a veces en el suelo, de pie o incluso mientras camina, a diferencia de la mesa de comedor en Cuba.
Rosa, con voz firme y clara, declaró: «La vida aquí no es un paseo. Se trata de trabajar, de sufrir, de llorar. Puede que sientas el deseo de regresar, pero una vez que estás aquí, no hay vuelta atrás.»
Su publicación provocó una ola de respuestas en la red. Arlei Acero refrendó las palabras de Sánchez, señalando que «la gente no valora, piensan que los que están en el exterior tienen la obligación de ayudar… pero es un error.» María Salomé Costa León y Yenisley Hernández mostraron su acuerdo con un simple «Toda la verdad», y «Así mismo…».
Ivis Cuellar agregó que «definitivamente, aquí se tiene que trabajar. Lo sé por mi hija». Aseguró no soportar a las familias que explotan a los de EEUU, pero alabó la bondad de Sánchez. Erin Lara De Armas concluyó con un ejemplo personal, «regalas una esponja de fregar, que en Cuba es costosa, y te tildan de miserable. Pero quizás la conseguiste dejando de tomar un café, o trabajando sin comer. El mundo está lleno de malagradecidos».