La historia de Ana Hernández es una conmovedora muestra del poder de las redes sociales y la fuerza del amor filial. Después de años de búsqueda, Ana decidió recurrir a las redes sociales para intentar encontrar a su padre, a quien solo conocía por nombre debido a que su madre lo dejó en Cuba cuando emigró en la década de 1960.
Gracias a su publicación en redes sociales, especialmente en un grupo de Facebook dedicado a los cubanos alrededor del mundo[Cubans around the world], una prima de su padre con el apellido Regueira vio el mensaje y se comunicó con la esposa de su padre, quien confirmó que él se encontraba en Estados Unidos. Finalmente, Ana pudo hablar con su padre por teléfono y se emocionó al saber que pronto lo vería y le daría un abrazo.
La emotiva historia de Ana Hernández es un recordatorio de cómo las redes sociales pueden conectar a las personas y ayudar en la búsqueda de seres queridos. Además, muestra la importancia del amor y la fe para superar obstáculos y cumplir deseos largamente esperados.