Miami, conocida por su diversidad cultural y sus raíces cubanas, se engalana esta semana para celebrar a la Virgen de la Caridad del Cobre, la amada patrona de Cuba.

La serie de eventos, bautizada como «Bajo el amparo de la Caridad», rinde homenaje a esta figura religiosa que ha sido venerada por los cubanos desde tiempos inmemoriales. José Joaquín Espino, líder espiritual del Santuario Nacional Ermita de la Caridad, rememora que la ciudad ha mantenido esta tradición viva desde 1961, año en el que la primera misa en honor a la Virgen en tierras del exilio congregó a una multitud en el ya desaparecido Miami Stadium.

Desde el pasado 30 de agosto, se han organizado diversas actividades que culminarán el 7 de septiembre, destacándose la reconocida novena en preparación para el día grande. Este fin de semana, la ciudad se llenó de fervor con una procesión que transitó por puntos icónicos de Miami, desde el restaurante Versalles, lugar emblemático para la diáspora cubana, hasta el Monumento a los caídos en Bahía de Cochinos.

La velada del próximo 7 de septiembre promete ser especial, con una vigilia que incluirá actuaciones de renombrados artistas a las 9 de la noche. Al día siguiente, el padre Espino invita a los devotos a participar en una jornada repleta de actos religiosos en el Santuario, que comenzará a las 7 AM y culminará con una Misa Solemne al aire libre a las 8 PM, oficiada por Monseñor Thomas Wenski.

El programa para el 8 de septiembre, día central de las festividades, incluye:

  • 7 AM – 5 PM: Veneración a la Virgen en el área del Malecón del Santuario.
  • 5 PM: Preparación de la imagen para la Misa Solemne.
  • 6 PM: Rezo comunitario del Santo Rosario.
  • 7 PM: Desfile de los Movimientos Apostólicos.
  • 7:30 PM: Entrada solemne de la imagen de la Virgen.
  • 8 PM: Inicio de la Misa Solemne, presidida por Monseñor Wenski.

Se ha destacado que todas las actividades se llevarán a cabo al aire libre y que habrá estacionamiento adicional para los asistentes en los garajes del Hospital Mercy desde las 4 PM.

Esta tradición, que une a generaciones de cubanos en Miami, no es solo una manifestación de fe, sino también un recordatorio del profundo lazo cultural y espiritual que une a esta comunidad con su tierra natal.