Este 9 de noviembre celebra sus 68 primaveras Armando Tomey, un referente de la actuación cuyas raíces se extienden desde Camagüey en 1955 hasta su actual residencia en Estados Unidos. Ha dejado una marca indeleble en las artes escénicas, destacando en la gran pantalla, en las tablas y en la pequeña pantalla, además de emprender proyectos personales que muestran su inagotable dinamismo creativo. Nuestros mejores deseos lo acompañan, y anhelamos ser testigos de su genialidad interpretativa por muchos más años.
Armando Tomey, la estrella cubana que ha iluminado con su arte tanto en su tierra natal como más allá de sus mares, se formó en las artes dramáticas en la prestigiosa institución de La Habana, el Instituto Superior de Arte, donde pulió su innegable talento actoral. Su destreza le permitió adentrarse en una diversidad de papeles y géneros, desde el drama hasta la comedia, en un abanico que incluyó teatro de repertorio y obras de calibre internacional.
Se ganó un lugar en el corazón de los televidentes con su memorable actuación en «Sol de Batey» y su icónica frase que resuena hasta el día de hoy. Además, su participación en «La cara oculta de la luna» demostró su habilidad para asumir retos complejos y enriquecer cada personaje con su personal sello.
El 2013 marcó un punto de inflexión en la vida de Tomey cuando decidió trasladarse a Estados Unidos. Allí, se alejó de las cámaras y se embarcó en una nueva aventura, una que incluyó desde conducir para Uber hasta incursionar en el arte plástico, un campo que le ha permitido seguir canalizando su creatividad y compartir su pasión con sus seguidores a través de las redes sociales.
La historia de Armando Tomey es un testimonio del espíritu artístico persistente. Aunque ha cambiado el escenario por el lienzo y la vida familiar, el impacto de sus años en la actuación perdura en la cultura cubana y en aquellos que tuvieron el placer de disfrutar su trabajo. Hoy en día, rodeado del amor de su familia, Tomey sigue siendo un explorador de las artes, recordando con cariño sus días en el escenario mientras se abre camino en nuevas formas de arte.