El mercado bursátil fue testigo del tropiezo de Apple este 6 de septiembre, con sus acciones cayendo cerca de un 4% tras la revelación de que China ha prohibido a los funcionarios de su gobierno central usar iPhones y otros dispositivos extranjeros en el trabajo y dentro de las instalaciones gubernamentales.
La cotización de la tecnológica líder se desplomó un 3.6%, cerrando en $182.91, lo que contribuyó a arrastrar al índice Nasdaq hacia un declive del 1.1%.
Según informes del Wall Street Journal, fuentes cercanas al asunto indicaron que esta directriz sobre el uso de dispositivos foráneos fue transmitida recientemente a los trabajadores del gobierno por altos mandos. No obstante, todavía es incierto cómo se está ejecutando dicha instrucción.
Resulta interesante notar que el informe del WSJ solamente destacó a Apple, sin mencionar otros dispositivos o marcas. China, en años recientes, ha intensificado su enfoque en la protección de datos, estableciendo legislaciones y exigencias más rigurosas para las compañías en cuanto a seguridad.
Adicionalmente, en mayo, Beijing había animado a sus conglomerados estatales a asumir un rol protagónico en su iniciativa de alcanzar la independencia tecnológica. Este movimiento escaló la tensión en un escenario ya complicado de relaciones comerciales y tecnológicas con Estados Unidos.