Ubicado en el corazón geológico de Cuba, el Santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre testimonia una relación única entre la historia minera y la devoción religiosa de la nación. A un tiro de piedra de El Cobre, el sitio de la primera mina cubana, el santuario refleja una conexión divina y terrenal.
Las aguas de la Bahía de Nipe, en la región oriental de Cuba, esconden un relato conmovedor de descubrimiento. Entre 1604 y 1613, tres hombres, posteriormente conocidos como “los tres juanes”: Juan Moreno, un joven de origen africano, junto con Juan y Rodrigo de Hoyos, hermanos indígenas, encontraron una imagen flotante de la Virgen con el niño Jesús en brazos. Aunque algunos cuentos dicen que eran pescadores, registros históricos más confiables apuntan a que eran esclavos de la mina El Cobre en una misión asignada. Lo extraordinario de su hallazgo fue que, a pesar de flotar en el agua, las vestimentas de la Virgen permanecían secas. El trío llevó la imagen al Hato de Barajagua, donde se estableció un santuario provisional. Posteriormente, la imagen fue llevada al Real de Minas y depositada en una capilla. En 1648, una ermita se erigió en una colina, que es donde se encuentra el santuario en la actualidad. Desde entonces, la Virgen adoptó el nombre de «Virgen de la Caridad del Cobre», en honor a la comunidad minera que la acogió con tanto cariño.
El patrimonio geológico cubano está compuesto por una rica tapeza de minas, estructuras asociadas, documentos y paisajes que marcan episodios significativos en la evolución geológica del planeta. Los pueblos mineros, que a menudo emergen alrededor de estos sitios, se convierten en epicentros de la cultura y las tradiciones, y El Cobre no es la excepción.
La Mina El Cobre, descubierta en 1530, tiene el título de ser la primera mina en la América colonial. Su importancia era tal que fue operativa durante cinco siglos antes de cerrar en 2001. Aunque aún hay reservas valiosas, su extracción sería costosa. Sin embargo, la comunidad geológica está trabajando para que este emblema se reconozca como patrimonio geológico de Cuba y, potencialmente, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Hoy, la Virgen de la Caridad del Cobre, también conocida con cariño como Mambisa, Cachita y Madre de Cuba, sigue siendo el faro espiritual de la comunidad minera. Su luminosidad, al igual que el brillo del cobre, emana de las profundidades de la tierra, perpetuamente reverenciada.