Detrás de la fachada fue un emblemático programa humorístico de la Televisión Cubana que dejó huella desde 1957 hasta 1987. Durante casi tres décadas, este programa deleitó a la audiencia con su singular estilo satírico y las brillantes actuaciones de destacados artistas.
El programa, que originalmente se transmitía semanalmente, presentaba una serie de sketches que tenían lugar en un edificio de apartamentos. En cada episodio, se exploraban las situaciones cotidianas de diferentes parejas de manera humorística. Detrás de la fachada fue creado y escrito inicialmente por Marcos Behemaras y dirigido por José Antonio Caíñas Sierra. Posteriormente, los guiones estuvieron a cargo de Arturo Liendo y Carballido Rey.
El corazón del programa era el talentoso José Antonio Cepero Brito, quien ejercía como presentador y figura central. Cepero Brito compartía protagonismo con la versátil actriz Mimí Cal, quien posteriormente fue sustituida por Eloísa Álvarez Guedes, y finalmente por Consuelito Vidal en el papel de comentarista y narradora de las situaciones que se desarrollaban entre los actores. Mientras los actores representaban las escenas, Consuelito permanecía invisible para ellos, generando un toque adicional de humor.
Cepero Brito se encargaba de ser la contrafigura en las escenas, mientras que Consuelito se destacaba por sus chistes. La favorable acogida del público fue determinante en los cambios introducidos en el programa tras la llegada de Consuelito. Gracias a sus altos índices de audiencia, Detrás de la fachada se mantuvo en el aire durante casi treinta años, consolidándose como uno de los programas más queridos por el público cubano.
El elenco de Detrás de la fachada estaba conformado por varias parejas cómicas, entre las cuales se encontraban Manolo y Cuca, Monga y Bernabé, y Melesio Capote y Valeria. Estos personajes eran interpretados por reconocidos actores y actrices como Alfredo Perojo, Rosario Carmona, Conchita Brando, Elena Bolaños, Enrique Arredondo, Reinaldo Miravalles y Eloisa Álvarez Guedes.
Detrás de la fachada trascendió más allá de la pantalla, convirtiéndose en un fenómeno cultural que reflejaba con ingenio y picardía la realidad de la época. Además de su impacto en la sociedad cubana, el programa dejó un legado en el ámbito de la televisión humorística.
A día de hoy, la influencia de Detrás de la fachada sigue vigente en el panorama televisivo, siendo recordado con nostalgia por varias generaciones. Su enfoque innovador y su elenco talentoso son testimonio de la calidad y creatividad de la televisión cubana.