La actriz cubana Judith González, reconocida por su inolvidable interpretación de «Magdalena La Pelúa», ha ofrecido una mirada íntima a su vida y trayectoria en una reciente entrevista con CubaNet. Desde los desafíos que enfrentó en su niñez en Ciego de Ávila, hasta su ascenso al estrellato en Miami, la historia de González es un relato de resistencia y esperanza.
Judith creció en la pequeña ciudad cubana de Ciego de Ávila, donde su madre fue la primera en inspirarla a expandir sus horizontes y buscar nuevas oportunidades en la capital, La Habana. Sin embargo, fue un incidente perturbador con las fuerzas policiales en un distrito turístico lo que marcó un antes y un después para ella y su familia, impulsándolos a dejar su hogar en busca de una vida mejor.
Pero el camino a la tierra de las oportunidades, Estados Unidos, estuvo lleno de obstáculos. Tras una desafortunada experiencia en México, donde su confianza fue traicionada, Judith finalmente encontró un nuevo hogar en Miami. Fue en esta vibrante ciudad donde el personaje que la catapultaría a la fama, «Magdalena La Pelúa», cobró vida.
«Magdalena La Pelúa», personaje lleno de humor y auténtica cubanidad, resonó en la comunidad cubana de Miami, transformándose en un verdadero fenómeno viral. En palabras de González: «Me encanta interpretar a esa mujer tan llena de energía cubana». Magdalena, creada inicialmente para el programa de Alexis Valdés en Mega TV, se convirtió en un símbolo de la cultura cubana en el exilio, tocando las raíces y corazones de la comunidad de Florida.
Más allá de su carrera, Judith también compartió reflexiones profundas sobre su relación con Cuba después de haber abandonado la isla. Habló de su angustia al comprender la verdadera realidad que enfrenta su pueblo natal, algo que solo pudo percibir una vez que se distanció.
A pesar de las dificultades y las emociones fuertes que relató, González mantuvo un espíritu encantador y lleno de vida durante la entrevista. Habló con cariño de su vida en Miami, sus bromas sobre dietas, su amor por las frutas y cómo su esencia cubana sigue viva en su día a día.
La historia de Judith González, con sus altos y bajos, es un testimonio de superación y adaptación. Su viaje desde Ciego de Ávila hasta Miami refleja una búsqueda de sueños y oportunidades, pero también la nostalgia y la lucha de un corazón cubano en el extranjero.